Teresa, José y Hugo hablan entre el ruido de las topadoras. La presencia de esos gigantes de hierro es alarmante.
Teresa Mendoza forma parte de la comunidad Corralito, en Salta. No habla español. Tiene en su cabeza un pañuelo de colores y las arrugas de su cara dan cuenta del paso del tiempo. Sin embargo, a pesar de los años, su lucha sigue intacta: “Nosotros vivimos aquí y no hay nadie que nos ayude. Nos quedan los jóvenes que son los que están luchando por esta tierra, la tierra en la que descansan nuestros padres”.
José Ortiz, es uno de esos jóvenes. Entre lágrimas, ve cómo avanzan las topadoras: “Los ingenieros y los dueños de las fincas saben que hay una ley que no se puede desmontar”. Las lágrimas le impiden seguir hablando.